sábado, 31 de mayo de 2014

Peregrinos por el Mundo

Este vídeo es un homenaje a todas aquellas personas que, de una u otra manera, se despiertan cada mañana con un tramo de camino por delante, aunque no precisen andarlo con los pies. Para todas las que se levantan gritando que todo es posible, aunque no usen palabras para hacerlo.

Este vídeo fue ideado y realizado en especial para una de ellas, una mujer valiente donde las haya, mi particular Odiseas. María José García Rodríguez, con tu lucha nos enseñas a diario que, aunque todos los vientos quieran soplar en tu contra, siempre existe una fuerza capaz de superar los obstáculos. ¿Cómo van a creer los incrédulos los milagros que puede generar creer en algo?

A veces, olvidamos que el alma se vuelve todopoderosa cuando se ve arrebatada por la idea de continuar adelante. En palabras del escritor Nikos Katzantzakis: uno se queda espantado cuando, tras una amarga prueba, se da cuenta de que hay una fuerza que puede sobrepasar la fuerza humana; se queda aterrado, porque, desde el instante en que se comprende que esa fuerza existe, no se pueden buscar ya justificaciones para los actos cobardes e insignificantes de uno, por la vida perdida, ni echarles la culpa a los demás. Sabes que tú, no el azar, no el destino, ni las personas de tu alrededor, tú y sólo tú, hagas lo que hagas, sea de ti lo que sea, tienes la completa capacidad de conseguirlo. Y entonces se avergüenza una persona de reírse, se avergüenza de mofarse, si un alma en llamas pide lo imposible.

Comprendes entonces, ya del todo, que ése es el valor del ser humano: pedir y saber que se está pidiendo lo imposible; y estar seguro de que lo logrará, porque sabe que si no desfallece, si no hace caso a lo que dictamina la lógica, sino que sujeta fuerte con los dientes su alma y continúa persiguiendo lo que cree, con obstinación, lo imposible, entonces se produce el milagro que el sentido común, privado de alas, no podría adivinar nunca: que lo imposible se hace posible.

Este es mi pequeño homenaje a lo más lindo de la familia. Estás acompañándome siempre en el camino y quiero compartirlo contigo. Espero estar a la altura y continuar por muchos más años a tu lado, caminando.

Te quiere, Jesús